sábado, 1 de agosto de 2015

DISCOS AGOSTO











'How Big, How Blue, How Beatiful' es el tercer álbum de estudio de la banda británica FLORENCE and THE MACHINE. Su lanzamiento se produjo el 1 de junio en el Reino Unido por medio del sello discográfico Island Records, y es el primer disco de la banda en tres años y medio. Contiene un total de 11 tracks y fue producido por Markus Dravs.
El álbum abre con la poderosa "Ship to Wreck", en donde la potencia vocal de Florence Welch nos embriaga sin resistencia con una encantadora pieza power pop. Le sigue la no menos sanguínea "What Kind of Man", una melange perfecta de guitarras rockeras, trompetas y coros calientes. En "How Big, How Blue, How Beatiful" se ponen demasiados pretenciosos y los excesos llegan hasta usar arreglos de fanfarria que no logran justificarse en la cantidad de minutos que se extienden para una canción poco atractiva. En cambio en "Queen of Peace", esos mismos recursos se vuelven maravillosos y es uno de los mejores momentos del disco. La tristeza de los vientos y la voz potente se amalgaman de un manera sublime. Bastante aburrida resulta la minimalísta "Various Stroms and Saints", en donde su voz es acompañada simplemente por un guitarra eléctrica y algunos arreglos de cuerdas. Pero con "Delilah" vuelven a conmovernos con un temazo que empieza lento y luego explota en un pseudo gospel vigoroso. Casi tan aburrido como un tema de ENYA es "Long and Lost", un track que jamás despega y se torna insoportable. Por suerte en "Caught" repuntan con una bonita balada de folk pop que aporta frescura. La energía de "Third Eye" con esa fuerza casi celta que atrapa desde el principio y no de cae hasta terminar. En el otro extremo opuesto se ubica "St Jude", una atmósfera chill out que no aburre a pesar de la simpleza de sonidos que acompañan la voz. El disco cierra con "Mother", un track psiclotímico que pasa de la calma a la furia alternadamente y  que contó con la producción de Paul Epworth.
Florence & The Machine se las ingenian para construir un disco con canciones arriesgadas y poco previsibles en donde a veces pierden la brújula en medio de tanta ambición, pero otras, aciertan y dan en el blanco. Un disco ideal para los días cortos y fríos de invierno.

How Big, How Blue, How Beatiful

FLORENCE AND THE MACHINE
Calificación: BRUTUS BRUTUS BRUTUS BRUTUS




El anacrónico segundo trabajo solista de Brandon Flowers, cantante de THE KILLERS, se llama "The Desired Effect" y contiene en total diez tracks de un pop añejado que pareciera venir directamente de los años '80. El tema que abre el álbum es "Dreams Come True", un tema flojísimo que hace desconfiar de los temas que vendrán luego. Por suerte "Can´t Deny My Love" sube mucho la puntería y por momentos nos recuerda al alemán Falco y ese pop bailable que tan bien le salía. Pero es en la genial "I Can Change", donde usa fragmentos de "Smalltown Boy" de BRONSKI BEAT, en donde deja en claro que el disco irá por ese sonido de pop ochentoso. En la balada "Still Want You" nos seduce con ese estilo sutil a lo BRYAN FERRY que lo hace sumamente cool.  Igualmente de atrapante es "Between Me and You", pero no tanto como "Lonley Town", con esos teclados tan TOTO que nos transporta a los días de Volver al Futuro.  Sube el pulso en la rockera "Diggin Up The Heart", en donde por momentos se pone el disfraz de BRUCE SPRINGTEEN robando fragmentos de Footlose. La balada "Never Get You Right", bien podría ser un éxito perdido de RED SPEEDWEGON. Quizás el tema que más se parece a lo que hace con su banda actual sea "Untangled Love", un tema menos vintage y más atractivo de todo el disco. El disco cierra con "The Way It's Always Been", una bonita balada que resulta un guiño al gran PAUL MC CARTNEY.

Con este álbum Brandon Flowers se manifiesta un fan musical de los '80, y aunque, la idea no es mala y consigue con éxito emular el sonido de esos días, también copia lo peor de esa época. Son canciones sin grandes melodías memorables ni estribillos pegadizos, como si hubiera armado un disco de grandes fracasos de los 80 en vez de un grandes éxitos. Quizás lo mejor hubiera sido hacer un disco completo de covers y sacarse las ganas de vivir ese sonido de una manera plena. Aún así, el disco alcanza algunos tramos interesantes.
The Desired Effect
BRANDON FLOWERS
Calificación: BRUTUS BRUTUS BRUTUS

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